Un par de peldaños rotos y un poco de lluvia en los zapatos empujan los pasos hacia arriba
sábado, 30 de octubre de 2010
viernes, 29 de octubre de 2010
Zumba el viento
Van apareciendo palabras
hilvanadas en la tela
se resisten aletean mudas
y quedan sin moverse
afuera zumba el viento
van pasando mariposas
quedan liadas en nudos
desprendiendo polvo dorado
en la malla implacable
afuera gira el remolino
los hilos no se dejan enhebrar
las últimas palabras llegan tarde
algunas escapan de la red
sólo queda coser el borde
que las detenga
Se alza un leve gemido
de los signos bordados
la aguja pincha un grito
responde a coro el poema
afuera queda el viento
sin voz
viernes, 15 de octubre de 2010
Des/espera
Que haces cuando el tiempo
se detiene detrás de la puerta
y llena los huesos de dolores viejos
apurando remordimientos
inflamando miedo
Que haces cuando el agua de la bañera
no logra sacar el cansancio de los pliegues del día
y las flores de la cortina lucen marchitas
Que dices cuando ni el espejo quiere verte
y tu ropa gruñe al sentirte extraño
torturando la cintura
apretando tu cuello
Con que ridícula fe vuelves a sonreír
Suspiras
te cuentas un cuento
de días felices
de oportunidades
que migran cada noche
entre vueltas y vueltas insomnes
Como te sientes sobornando sueños
Volviéndote candil
De lo que no existe
viernes, 8 de octubre de 2010
El sonido de la pifilca
En este viernes libre y vacío de tareas fijas, parecía buena idea comenzar el blog del taller, con la ayuda siempre eficaz de una cerveza. Para comenzar esta primera página - digámoslo así - recurro a nuestro buen amigo Pablo Guíñez y a un breve trozo de "Recaptura del agua", de su libro Fundación de las aguas:
V
Lejana se oye la pifilca.
Lejana como perdida en la oscuridad.
Larga, ondulada, su melodía rompe
aquel pesado día en el agua corre oculta.
Suave se le siente como una gota refrescante.
Surge escondida como una vertiente o una rama
hallada de pronto a la orilla del camino.
Lejana, ternísima se le escucha.
Amplia resuena como galope o el silbido
de un tren que viaja en medio de la noche.
Desgrana alguien sus notas como en busca
de una corriente. Brota desde el centro
de aquel espacio como una flor o un ala.
Parece oírsele como una cristalina, húmeda gota
sobre una herida.
Parece un tibio rayo de sol bajo el invierno.
Lejana y suave, la pifilca rompe
el duro cerco en que nos movemos a esta hora.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)