Luego de escalar multitud de peldaños ciertamente criminales, llegamos al Mirador, sitio donde termina (o comienza) la calle República y que es un lugar de reunión especial, cubierto de iniciales y gráficas del yo estuve aquí. Los integrantes del Taller de la Esquina, acompañados por una pareja procedente del otro hemisferio en viaje placentero y un niño preguntero, nos juntamos para leer o recitar poesía, en medio del ruido de aviones que llegan o se van de Pudahuel (el viejo nombre, no ese actual ¡aún! no asimilado por todos) ambulancias que aúllan su paso a la posta local, conversaciones de transeúntes y por interjecciones indiscretas de los protagonistas, iluminados por el auto del profe, encaramados en el susodicho mirador en la fría noche de ayer.
El suceso fue grabado por el esforzado Osvaldo Castro, a cargo de la cámara y dirección de escena,
El resultado lo sabremos algún día y será insertado en este blog si sobrevive las críticas de los protagonistas.
( Laura no es precisamente una experta en fotografía, bueno, las fotos lo demuestren)
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